El Parque Túpac Amaru

Alguna vez cuando niños jugábamos en un campo muy grande, con algunas lomas y desniveles, tierra y casi nada de plantas ni árboles, en alguna ocasión vi a gente subirse a su motocicleta y hacer de competidor de carreras por todo el campo ese. Algunos días, por no decir todos, muchachos solían utilizar alguna zona plana para jugar al fulbito, lógicamente terminaban muy maltratados y sucios, pero esa era la idea, divertirse, sudar, correr, y sobretodo creer que eran grandes y famosos deportistas. Muy a parte, estaban los estudiantes que a la hora de salida de sus colegios, colmaban todo este campo con su caminata y sus risas y bromas, algunos se sentaban a leer revistas tipo comics, otros compraban algo para comer mientras iban camino a casa, otros, mucho más mundanos, formaban un grupo para jugar lo que en su tiempo le decían "timba", de todos modos este lugar ha visto pasar miles de pesonas y miles de historias. Y cuando comenzaron los trabajos para construir un parque a inicios de la década del noventa la historia tenía que cambiar, se cerró toda el área y pasó algún buen tiempo, como en toda obra pública, para que aquel polvoriento lugar se convierta en uno de los parques más visitados de nuestra ciudad. Hoy el parque Túpas Amaru sigue siendo un lugar de reunión de amigos, lugar de encuentro de parejas, pero ahora un pequeño pulmón en una pequeña ciudad que se va llenando de edificios, un lugar de distracción para niños que dan rienda suelta a su imaginación en cada rincón del lugar. A un lado, una de las iglesias de arquitectura moderna que, como testigo inmóvil, luce algo descuidada. Así es el "parque Túpac" como algunos lo llaman(o casi todos), por esa mala costumbre que tenemos de hablar menos o ahorrar palabras, cuestión de flojera quizás, un lugar de recuerdos para la gente de Huancayo, malos o buenos, pero recuerdos al fin, que son parte de nuestra vivencia, de nuestra historia.